Hay padres que las defienden y otros que las critican. Para algunos son facilitadores de la vida doméstica, y para otros una nueva fuente de conflicto con sus hijos. Sin embargo, las pantallas –televisión, móvil, Tablet, ordenador…- han venido para quedarse y no hay duda de que su entrada en escena ha impactado en la vida familiar. ¿Quieres saber cómo?
Con pros y con contras. Así es como hablan los padres españoles del uso que sus hijos hacen de las pantallas. Y es que mientras para algunos progenitores la tecnología, irremediablemente vinculada al Smartphone o a la Tablet, es una herramienta que ha facilitado la gestión del hogar y la comunicación con sus hijos, para otros las pantallas son una fuente de conflicto entre los miembros de su familia, especialmente entre adultos y menores.
Tanto es así que 4 de cada 10 padres sostiene que el uso que sus hijos hacen de las pantallas les genera constantemente conflictos y por tanto nuevos retos educativos, hasta el punto que seis de cada diez adultos con hijos a su cargo confiesa querer mejorar su formación en este ámbito tecnológico y saber más sobre cómo mejorar la gestión de las pantallas y cómo moderar el uso que todos –adultos y menores- hacen de ellas.
Ésta es una de las conclusiones que se han extraído del estudio ‘El impacto de las pantallas en la vida familiar’, elaborado por Empantallados y GAD3, con el apoyo de ‘Por un uso Love de la tecnología’ de Orange. Un documento –que recoge la opinión de 1.400 padres y madres con hijos menores de 18 años en España- del que también se desprende que las pantallas no sólo son fuente de conflicto para algunas familias sino motivo de preocupación para muchos padres.
Fuente de conflictos y preocupaciones
En esa lista de inquietudes, los padres destacan los riesgos de que sus hijos se vean envueltos en una situación de ciberacoso, entablen conversaciones y posibles relaciones (virtuales, al menos) con desconocidos, accedan a contenidos inadecuados, pierdan el tiempo o hagan una sobreexposición de su imagen.
Unos riesgos que los padres quieren mitigar y evitar en la medida de lo posible. De ahí que según este estudio –que nace con vocación de arrojar anualmente nuevos datos sobre el impacto de las pantallas en las familias- la mayoría de los padres estén estableciendo medidas de protección. Esto explica por qué el 74% de los padres encuestados en ese estudio asegure tener implementadas normas de uso de las pantallas en el hogar. Muchos de ellos también sostienen que tratan de acompañar a sus hijos en el entorno digital.
De hecho, en una escala del 1 al 5, la mayoría de padres se otorga un 4 cuando se les pregunta en qué grado saben qué hacen los hijos con sus dispositivos, y eso que sólo 4 de cada 10 progenitores usa controles parentales de esos aparatos.
Aparatos entre los que se encuentra la televisión, el móvil y la Tablet. Y es en esta clasificación de gadgets en la que el estudio extrae otras nuevas conclusiones que tienen que ver con la edad a la que los niños pueden empezar a usarlos.
Así, según el documento, la edad media a la que los padres creen que sus hijos deberían tener acceso a una Tablet son los 10 años. Esa edad sube hasta los 13 años cuando se trata de determinar el momento en el que sus hijos han de tener el primer móvil. Eso sí, el 39% de los padres con hijos ya adolescentes considera que el primer móvil llegó demasiado pronto.
¿Dónde ha quedado la televisión?
Ante el protagonismo que van adquiriendo esas pantallas individuales, el estudio ha querido indagar sobre el papel que la televisión sigue teniendo en los hogares españoles. Sus datos indican que actualmente son los más pequeños, hasta los 5 años, los que más televisión ven. La mayoría dedica, al menos, una hora al día a esta actividad, pero según van creciendo, van ganando predominancia otras pantallas individuales, como el smartphone, con mayor tiempo de uso entre los menores de 16 a 18 años.
Y hablando de ese tiempo de uso, el estudio también revela que los padres también se han hecho conscientes de su propio uso de la tecnología y se cuestionan en qué medida son un buen ejemplo para sus hijos. Así, uno de cada 3 padres y madres entrevistados afirma hacer un uso excesivo de la tecnología y no se reconocen como un buen modelo para sus hijos. En general, los progenitores hacen un uso más intensivo de las pantallas que sus propios hijos, nativos digitales. Y es que los padres ven la televisión y otra pantalla de forma simultánea y usan el móvil por la noche, ya en la cama, con más frecuencia que los hijos.
Ante los retos de esta nueva realidad, los padres y madres se dan cuenta de que su nuevo papel como mediadores de la tecnología con sus hijos reclama la necesidad de formarse. Una formación para la que recurren por este orden, al criterio de familiares y amigos, al colegio y a Internet como principales fuentes de información. Las webs especializadas sobre uso de pantallas e Internet tienen un papel importante, siendo consultadas por un 46% de los padres entrevistados. Ese es el caso de Empantallados, una plataforma digital para ayudar a padres y madres a aprovechar la tecnología como una oportunidad más para educar.