El control del pis es el resultado de un proceso de maduración largo.
Entre los dos y los tres años ya puede abrir el esfínter de la orina en el momento oportuno y podrá mantenerlo cerrado hasta alcanzar el váter. Durante la noche, sin embargo, este control es más complejo. No es extraño que un niño de tres o cuatro años vuelva a hacerse pis de vez en cuando o moje la cama. Son accidentes a los que no hay que dar demasiada importancia. Sólo si sufre falta de control más allá de los cinco años, será conveniente consultar con el pediatra. Si se toma esta edad como referencia, es porque alrededor del 85 por ciento se levantan secos por la mañana. Los niños que padecen enuresis (micción involuntaria por la noche) sufren muchísimo, por lo que conviene ponerles en manos de un especialista inmediatamente. Raras veces es debida a una lesión orgánica. Es más común en niños hiperemotivos, que necesitan una mayor atención y precisan afecto. La enuresis suele corregirse sola. Cada año que pasa, a partir del quinto cumpleaños, uno de cada cien niños adquiere el control del pis nocturno. Pero hasta que se cura, es posible que el afectado sufra una importante pérdida de autoestima y su relación con el resto de los niños comience a deteriorarse. El pediatra hará el diagnóstico. No son aconsejables las alarmas. Hay que procurar que tomen poco líquido a última hora y darles muchísimo cariño.