Varicela

Es una enfermedad infecciosa causada por un virus de la familia de los herpes. Se caracteriza por fiebre y una erupción fácilmente reconocible.

Es muy común durante la infancia. No es grave, siempre que el niño no sufra trastornos inmunitarios. El síntoma más evidente es la erupción, que suele iniciarse en la cabeza y en la espalda, y se propaga durante los tres o cuatro días siguientes. Llega a cubrir buena parte del cuerpo. Las primeras marcas suelen ser de color rojo, pequeñas y muy características. Normalmente provocan picor. Rápidamente se transforman en vesículas que, en la última fase de la varicela, se cubren de costra. Estas lesiones a veces también aparecen en la boca, la garganta y los genitales.Aparte del picor, la varicela suele causar en el niño fiebre, un ligero dolor de cabeza y pérdida de apetito. El riesgo de contagio se inicia unos tres días previos al brote y se mantiene hasta que todos los granitos están cubiertos con costras (normalmente unos siete días después de la erupción).Si el afectado se rasca, corre el riesgo de infección y de tener cicatrices para siempre. El prurito debe evitarse con baños de agua templada y jabón de pH neutro y de avena, hay que mantener una temperatura ambiente suave y vestir al niño con ropa holgada y ligera. Debe lavarse las manos a menudo, y es fundamental mantener sus uñas cortas y limpias para que no se dañe si se rasca. El pediatra puede prescribir un antihistamínico contra el picor. En caso de fiebre, se puede administrar paracetamol o ibuprofeno. No debe tomar Aspirina, pues ésta podría dar lugar al llamado Síndrome de Reye, que afecta al hígado y al cerebro. En los lactantes y en niños inmunodeprimidos, se puede utilizar un antivírico.