La Inteligencia Emocional hace referencia a la manera en la que nos conocemos a nosotros mismos y a los demás.
La Inteligencia Emocional forma parte de la teoría de las Inteligencias Múltiples planteada por Howard Gardner a principios de 1980.
¿Qué es?
Esta inteligencia se refiere a la forma en la que nos conocemos a nosotros mismos y conocemos a los demás. Incluye la habilidad para saber cómo nos sentimos y la forma en la que regulamos nuestras emociones. También tiene que ver con la manera en la que nos relacionamos con los demás (trabajo en equipo, hacer nuevos amigos, ser asertivos…).
¿Cómo se manifiesta?
Nuestros hijos demuestran su inteligencia emocional cuando se ponen en el lugar de los demás o se interesan por sus vidas y su forma de ser (comentan cosas de sus amigos, por ejemplo, o les llama la atención una persona determinada). También, cuando son capaces de reconocer si están tristes o enfadados y saben por qué o cuando inventan historias con diversos matices afectivos (un personaje muy malvado, uno envidioso, otro sensible y bondadoso).
Una actividad para ejercitar la Inteligencia Emocional
Para conocerse mejor a uno mismo podemos poner en práctia este juego: escribimos en un papel todas las emociones que se nos ocurran (alegría, celos, impaciencia..) y escogemos una al azar.
Después, vamos respondiendo a las preguntas: ¿Cuándo me siento así? ¿Qué personas me hacen sentir de esa manera? ¿Qué cosas positivas y negativas tiene esa emoción? ¿Cómo reaccionan los demás cuando yo me siento así? ¿Cómo me comporto cuando me siento de esa manera, cómo es mi cara, mis movimientos, etc.? ¿Puedo controlar esta emoción?…
La Inteligencia Emocional se demuestra, por ejemplo, cuando nuestros hijos son capaces de reconocer si están tristes o enfadados